La teoría fue bautizada como "de gravedad emergente" y puede aclarar esa materia oscura
que tantos dolores de cabeza está dando a los científicos. Erik Verlinde lleva seis años observando el cielo para explicarse el movimiento y la velocidad exacta de las estrellas y ahora concluye que no necesita invocar ninguna misteriosa partícula de materia oscura para entender qué pasa en las galaxias. Las cosas no funcionan exactamente como predijo Einstein, aunque el padre de la gravedad sí estableció las bases.
Las estrellas se comportan como si estuviesen presionadas o aguantadas por algo más fuerte que ellas. La gran fuerza gravitacional requerida desconcierta a los telescopios que intentan detectarla. Hasta ahora, los físicos han optado por la existencia de una "materia oscura" para explicar ese "algo" que desconocen y que sería necesaria para explicar el comportamiento gravitacional que los astrónomos observan en el Universo. Esa energía oscura -dicen- existe en gran cantidad (supone el 25% del Cosmos), pero hasta ahora nadie ha sido capaz de observarla, a pesar de los muchos esfuerzos por detectar su existencia y explicar qué pasa en las galaxias.
Verlinde dice que el problema está en que se ha estado mirando donde no es. No hay tal materia oscura, las estrellas giran y se mueven dentro de las galaxias porque la gravedad emerge. "A grandes escalas, la gravedad no se comporta como predice la teoría de Einstein", ha sentenciado.
Uno de los puntos importantes de la teoría de las cuerdas es una adaptación del principio holográfico del profesor Gerard't Hoof (Utrecht), premio Nobel en 1999. Según este punto, la información contenida en una región del espacio se determinada por el superficie que la contiene, esto hace que toda la información presenten en todo el universo pueda describirse en una esfera imaginaria gigante alrededor del mismo. Para Verlinde, "parte de la información de nuestro universo está contenida en el espacio mismo".
Y es aquí donde este físico pretende revolucionar la ciencia: la energía oscura que se cree responsable de la expansión acelerada del universo no es más que la codificación de la gravedad ordinaria usando la información que hay en la esfera imaginaria que hay alrededor del Universo. El resultado de la información adicional de la masa del espacio es la misma fuerza atribuida a la supuesta materia oscura que nadie ha visto aún.
La gravedad no sería una fuerza fundamental de la naturaleza, sino un fenómeno emergente. Es decir, que igual que los cambios de temperatura surgen del movimiento de partículas microscópicas, la gravedad emerge de los fragmentos de información almacenados en la estructura misma del espacio.
"Somos muchos los físicos teóricos que están trabajando en la revisión de la teoría de la gravedad. Se han hecho algunos avances importantes. Podríamos estar cerca de una nueva revolución científica que cambiará radicalmente nuestras opiniones sobre la naturaleza misma del espacio, tiempo y gravedad", ha resumido este físico reformista.
Verlinde ya sorprendió en 2010 con sus ideas innovadoras sobre la naturaleza de la gravedad y en 2011 recibió el Premio Spinoza para desarrollar aún más su teoría. El físico de la teoría de las cuerdas quiso romper todos los esquemas: la gravedad es un cuento chino, en realidad que las cosas caigan o no, es cuestión de las leyes de la termodinámica (el calor y los gases). Es decir, la famosa ley de Newton, que describe cómo las manzanas caen de los árboles y los satélites permanecen en la órbita, pasa por alto que "la gravedad emerge", ha concluido. Esto es la teoría, ahora a Verlinde le toca demostrar si la ciencia está ante una revolución o una ilusión.