Desde siempre, la información ha sido una de las armas más poderosas de la civilización y, la falta de ella, la argucia para controlarla. Mucho se esconde por meros intereses económicos, como la existencia de la contaminación electromagnética.
Se trata de una polución muy presente en los países modernos, pero de la que poco se habla. Susefectos en la salud, por desgracia, ya se dejan notar donde más intenso y exacerbado se ha vuelto el uso de las tecnologías de la información, los móviles, el Wi-Fi y las radiaciones similares.
Un peligro inminente
Cada vez que nos conectamos a Internet, enviamos un SMS, descolgamos una llamada o comprobamos el estado de las redes sociales, un sinfín de campos electromagnéticos pululan a nuestro alrededor. Cualquier materia, tanto una pared como nuestro propio cuerpo, absorbe esa radiación.
El auge de las comunicaciones inalámbricas ha propiciado la ingente exposición del ser humano a esta contaminación electromagnética. Nadie puede escapar a su influjo. Las antenas, las zonas Wi-Fi, el Bluetooth: las ondas se encuentran en todas partes y a todas horas.
Y lo peor es que se han superado con creces los límites de emisión saludable.
Estudios de unos y otros
orque, con el nacer de la telefonía en la década de los 80, se fundaron diversos organismos para investigar sus efectos en la salud. Dado que los resultados no fueron del todo positivos, se tomaron precavidas medidas, estableciendo unosniveles máximos de exposición electromagnética.
Sin embargo, el descontrol del mercado, la necesidad del consumo y el fiero deseo de enriquecimiento, ha superado y paralizado la revisión de estos límites. Ni a los organismos internacionales ni a las empresas, les interesa obstaculizar la consolidación de la telefonía móvil e inalámbrica. Incluso en 2011, la OMS emitió un informe negando cualquier vínculo entre los celulares, las ondas y el cáncer, a pesar de que estudios privados sostienen lo contrario, tal y como veremos a continuación.
Trastornos en la salud
Dado que la exposición a las redes inalámbricas y de telefonía es algo global y no individual, los registros poblacionales sirven de testimonio para conocer los efectos de la contaminación electromagnéticaen la salud. Las estadísticas señalan que las personas que viven a menos de 400 metros de una antena de telefonía móvil, presentan el triple de posibilidades de padecer cáncer. En estas zonas, curiosamente, la esperanza de vida es diez años menor que en otras regiones.
Así pues, los expertos relacionan la alta exposición a ondas electromagnéticas con los siguientes trastornos:
– Alteraciones inmunológicas: el cuerpo del ser humano se debilita y tarda más en sanar.– Aumento de la tensión sanguínea.
– Aumento del estrés.
– Perturbación del nivel de energía natural: lo cual deriva en cansancio, vértigo, desorientación y otros síntomas.
– Aumento de la temperatura corporal: posibilitando la aparición de quemaduras.
– Aumento del estrés.
– Perturbación del nivel de energía natural: lo cual deriva en cansancio, vértigo, desorientación y otros síntomas.
– Aumento de la temperatura corporal: posibilitando la aparición de quemaduras.
Además, la exposición a largo plazo a la contaminación electromagnética, sea de bajo o alto nivel, posibilita las siguientes enfermedades, muchas de ellas mortales:
– Fatiga
– Asma
– Depresión
– Enfermedades cardiovasculares
– Leucemia
– Asma
– Depresión
– Enfermedades cardiovasculares
– Leucemia
Explicados estos puntos, no podemos más que abogar por un uso limitado de las nuevas tecnologías. Los análisis recientes y las estadísticas concluyen que la consolidación de tantos campos electromagnéticos perjudican notablemente nuestra salud y, especialmente, la de los más pequeños.
Por ello, es responsabilidad de la sociedad minimizar estos riesgos, por nuestro bien y por nuestro futuro. Apagar el router Wi-Fi cuando no se use, utilizar el manos libres del móvil o, sencillamente, alejarse de las antenas de telefonía, puede servir de tratamiento a una contaminación, cada día, más brutal. Esperamos que, con el tiempo, tanto los gobiernos como las personas estemos más concienciados sobre la contaminación electromagnética.
Varias cosas que comentar:
ResponElimina1) Este artículo más que científo es de opinión, cosa que está muy bien pero que no tiene demasiado que ver con el objetivo de este blog. ¿Por qué no es un artículo científico? Esencialmente, porque no utiliza argumentos científicos en las tesis que sostiene.
La investigación científica es otra cosa, sin una ciencia "seria", basada en los principios clásicos de: rigor, expresión clara del trabajo realizado y facilitado todos los datos para que cualquiera pueda comprobar, por sus propios medios, la veracidad de lo que se afirma o demuestra, no hibiera sido posible alcanzar el grado de progreso tecnológico y social ni generar la riqueza y el bienestar de las sociedades más desarrolladas. Por tanto, esto de "buscar complots de unos y otros" y las teorías de las "conspiraciones", sirven poco más que para dar de comer a aquellos que, sin nunguna prueba, simplemente dicen lo primero que se les ocurre (respecto a esto tenemos bastantes ejemplios últimamente como la supuesta "conspiración de las vacunas", que ha generado que enfermedades que parecian absolutamente vencidas hayan vuelto a aparecer, para pasmo y disgusto de los serviicios médicos nacionales).
Por tanto, ¡Cuidado con "la información"! tenemos que aprender a distinguir bien entre la verdadera y buena divulgación científica y la muy negativa, por poco fundamentada critica que más que crítica es "moda", sin sutento ni base sólida que es lo que se aprecia en este artículo.