dissabte, 17 de novembre del 2018

NOS DESPEDIMOS DEL KILO


Cuatro de las siete magnitudes físicas fundamentales del SIU fueron redefinidas por la Conferencia General Sobre Pesos y Medidas (CGPM) ayer viernes: el kilo, el amperio, el kelvin y el mol.

Los cambios entrarán en vigor en mayo de 2019, con el propósito de definir las magnitudes en relación con constantes fundamentales, y no arbitrarias, como se ha hecho hasta ahora.

Por lo tanto, nos despedimos del kilo: el prototipo universal de kilogramo, un pequeño cilindro de platino compuesto por un 90% de platino y un 10% de iridio que se guardaba a las afueras de París, había cambiado y pesaba menos que un kilo. Esto se debe a que los objetos pueden fácilmente perder átomos o absorber moléculas del aire.

Aunque para el ámbito de la vida cotidiana esto no generará ningún tipo de problema, es de gran importancia para las investigaciones científicas, que requieren un extremado nivel de precisión en sus cálculos. Además, gracias a esta redefinición, cualquier persona del mundo tendrá la posibilidad de hallar la medida exacta del kilo – no como ahora, que se necesitan las tres llaves de la caja fuerte donde está guardado el kilo original para acceder a él.

Sin embargo, para nuestro nivel de precisión, podremos seguir haciendo problemas de gravitación con masas con una modificación casi imperceptible en nuestros resultados, ya que únicamente hay una variación de 50 microgramos del prototipo de kilogramo respecto al kilo, lo que equivaldría a un pequeño grano de arena.


Para redefinir el kilogramo se ha utilizado la balanza de Watt, en la que hay un electroimán, que tira de un lado de la balanza, y un peso, en este caso un kilo, en el otro lado. Esto es debido a que existe una relación directa entre la electricidad y el peso: la fuerza que ejerce un electroimán es proporcional a la corriente eléctrica que pasa por sus bobinas.

La corriente que pasa por el electroimán aumenta hasta que los dos lados de la balanza están perfectamente equilibrados. Entonces, se mide la corriente que ha sido necesaria para contrarrestar la fuerza del peso, con lo que se consigue determinar la masa de la muestra.

Así pues, este sistema define el kilogramo en términos de corriente eléctrica y voltaje, cuyas unidades se encuentran en función de la velocidad de la luz y la constante de Planck, que vincula la energía del fotón con su frecuencia: E = h×f (Siendo E la energía cuántica de un fotón, h la constante de Planck 6,26×10−34 J/s, y f la frecuencia de radiación).

La precisión que se consigue con la balanza de Watt es máxima, ya que los experimentos dan un margen de error de 3.6×10−8, e incluso se espera obtener un error de sólo 1×10−8.

Por su parte, el valor del kelvin dependerá a partir de ahora de la constante de Boltzmann, en la que se relaciona la temperatura absoluta y la energía. El amperio equivaldrá a la energía contenida en electrones individuales pasando por un punto en un circuito. Y el mol quedará definido por la constante de Avogadro.

Todo esto se explica con más detalle en el enlace de la BBC que adjunto a continuación:



Espero que os haya gustado y hayáis aprendido algo nuevo. Mi intención compartir con vosotros esta noticia que me llamó la atención por la relevancia en el mundo de la ciencia y sus consecuencias matemáticas en los cálculos.

1 comentari:

  1. Aquest article és molt interessant i actual. Però per què és tan important definir una unitat? I sobre tot, el nou sistema proposat per a la mesura de la massa de referència (la balança de Watt) com funciona? Quin és el seu fonament? Per què un corrent electric pot equilibrar el pes d'un objecte col·locat en l'altre plat?

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