En España, cada año caen más de 1,300,000 rayos que ocasionan graves daños materiales, ecológicos y humanos.
El ser humano lleva años buscando una solución para frenar los graves daños que provoca este fenómeno.
En el año 1749, Benjamin Franklin defendió la hipótesis de que las tormentas eran un fenómeno eléctrico y propuso la idea de utilizar varillas de acero en punta para protegerse de los rayos, lo que se conoce como un pararrayos.
En 1919 Nikola Tesla definió correctamente el funcionamiento del pararrayos: ionizar el aire a partir de un campo eléctrico natural generado en el suelo por la tormenta, con el objetivo de excitar y captar los rayos que pudieran caer en la zona que se desea proteger.
Este modo, a priori es el más seguro para protegernos de este fenómeno, que en realidad en vez de alejar los rayos, lo único que hace es atraerlos, con todos los riegos que esto conlleva.
Por todo ello, en la empresa donde han creado el DDCE, Dinnteco, creen que la mejor solución para evitar los daños causados por un rayo no es atraer a estos a zonas seguras sino directamente impedir que caigan en zonas donde su impacto pueda ser especialmente peligroso.
El DDCE es un sistema de protección contra descargas atmosféricas y protector electromagnético que evita el impacto sobre la estructura que protege, lo que permite minimizar los efectos negativos del impacto de un rayo entre un 60 y un 90 % y la manera que tiene de lograr esto es equilibrando o compensando el campo eléctrico variable existente en su entorno, lo que evita que se genere el trazador ascendente en el DDCE y en la estructura que protege.
dilluns, 25 de febrer del 2019
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