Siendo que últimamente, a raíz del coronavirus, ciertas "personas" dan ideas un tanto "inéditas" como puede ser la ingesta de desifectantes, me ha parecido conveniente hacer un análisis químico y médico de lo que puede suponer tomar o inyectarse lejía.
En medicina se consideran
caústicos a sustancias que, debido a tener un PH muy bajo (0-2) o un PH muy alto (11.5-14), producen la destrucción de células y tejidos, o lo que es lo mismo: una necrosis. La lejía, con su PH de alrededor de 12, es una fuente de infecciones graves que pueden llevar incluso a la muerte del paciente. De ahí que su ingesta sea, como poco, desaconsejable.
Vamos a tratar ahora de hacer un análisis un poco más riguroso de lo que implica una intoxicación por lejía. Una vez ingerida, sus grupos hidroxilo: OH- (propios de las sustancias alcalinas), captan protones de los tejidos, ya sea de la matriz extracelular o intracelular. Esta disminución de los protones tiene un efecto nefasto en el colágeno, la sustancia que da rigidez a los tejidos, que los mantiene. El colágeno de hecho, se licua, y se produce entonces una
necrosis por licuefacción, esto es, que los tejidos, sin nada que los sostenga, se transforman en líquido y se mueren formando una masa viscosa.
Esta necrosis, como es lógico, puede ir produciendo fallos y fallos en los sistemas hasta la muerte, pero la intoxicación por lejía también tiene otros efectos más inmediatos, el más importante: las quemaduras. La lejía al ser ingerida provoca daños que pueden llegar hasta el esófago y que solo son neutralizados en el estómago debido a la acción del ácido gástrico (PH muy bajo). Así, estas quemaduras pueden ser reiterativas debido a los vómitos que se manifiestan de forma habitual y que hacen pasar de nuevo la lejía hacia la boca.
Respecto al tratamiento, a pesar de que la opción aparentemente más lógica sería tratar de neutralizar el PH, esta no se realiza porque es inviable. Para neutralizar PH muy altos se requieren cantidades enormes de agua y/o sustancias muy ácidas terriblemente peligrosas para el organismo. Por ello, se procede utilizando antibióticos (para evitar infecciones) y corticoides (esteroides que promueven la formación de las proteínas destruidas en la necrosis, y al mismo tiempo regulan la inflamación).
Así que sí, no recomiendo la ingesta de lejía.
(Me abstengo de poner imágenes porque son totalmente desagradables)
Más información del tema:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272003000200012
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/causticos.pdf