dimarts, 19 de febrer del 2019

¿Puede ser el fin de el misterio que envuelve a las rocas magnéticas de la Luna?




El 21 de Febrero de 2019, en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida se efectuara el lanzamiento de Bereshit (Génesis) de SpaceIL , una nave no tripulada de procedencia Israelí , la cual tras ocho años de preparaciones y un coste de 100 millones de $ se dirigirá durante un trayecto de seis u ocho semanas donde orbitaria múltiples veces alrededor de la Tierra para finalmente aterrizar en la Luna con el fin de investigar la actividad magnética de las rocas de la Luna.

El profesor Oded Aharonson, del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias del Instituto Weizmann de Ciencias, es una de aquellas personas que presenciaran el lanzamiento junto con los otros siete miembros del Equipo Internacional de Ciencia SpaceIL que él dirige.

La participación en este proyecto ha sido internacional, pues países como Francia y Estado Unidos se han unido a Israel apoyándoles con material científico con el que esperan resolver el misterio que gira alrededor de las rocas magnéticas que se recolectaron en la misión de Apolo, de las cuales no se sabe el porque de su procedencia magnética, pues el núcleo de hierro de la Luna no genera un campo magnético global como lo hace el núcleo de hierro de la Tierra, y sabiendo que en la Tierra, las rocas son magnetizadas por el campo magnético que el propio planeta genera nos embarga la pregunta de ¿cómo y cuándo se magnetizaron las rocas lunares? Bien, pues el fin de esta misión es determinar el nivel de magnetismo de estas rocas para así poder comenzar a entender el cómo y el cuándo surgió este magnetismo.

Existen varias teorías de como se pudo haber generado un “dinamo” magnético temporal en la Luna, como por ejemplo que por los impactos repetidos de asteroides o por la acción de dinamo del núcleo de hierro que ahora está frío. Pero nadie sabe cuánto duró eso dinamo.

Uno de los testimonios de aquellos científicos involucrados en este proyecto es que “A medida que encontramos rocas cada vez más jóvenes, digamos 2 billones de años en lugar de 3 billones de años, que todavía tienen una firma magnética, entonces llegamos a la conclusión de que el dinamo debe haber estado vivo por más tiempo de lo que se suponía anteriormente.” También tenemos otro testimonio de Aharonson, quien obtuvo su doctorado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el cual dice que “Estamos motivados por esta pregunta de ciencia básica, para ayudarnos a comprender el universo que nos rodea”

Asaf Grosz es un experto en magnetómetros de la Universidad Ben-Gurion del departamento de ingeniería eléctrica e informática del Negev y ayudó a integrar un sensor construido en UCLA en la nave espacial Bereshit, el cual se calibrará midiendo el campo magnético de la propia nave mientras aún está en camino. Una vez que Bereshit esté en órbita alrededor de la Luna, el instrumento podrá detectar y medir el campo magnético lunar en diferentes áreas.
La nave también lleva una variedad única de espejos provistos por la NASA para reflejar un rayo de luz láser precisamente en la dirección de su fuente, un NASA Moon Orbiter (LRO), que permite al equipo científico rastrear la posición de Bereshit en la superficie.
El equipo científico eligió cuidadosamente el lugar de aterrizaje para garantizar un aterrizaje suave y seguro en un área adecuada para realizar los experimentos científicos y transmitir los resultados a la Tierra.
Hemos tenido mucha experiencia estudiando la superficie de la Luna, incluida su topografía y temperaturas, por lo que sintetizamos toda esta información y la redujimos a una docena de sitios de aterrizaje candidatos sin muchas rocas ni pendientes, de los cuales seleccionamos el sitio primario”, dice Aharonson. Esta zona abarca unos pocos kilómetros.
La nave espacial israelí se lanzará en un cohete SpaceX Falcon 9. Si aterriza con éxito, hará de Israel el cuarto país en aterrizar allí después de los Estados Unidos, la antigua Unión Soviética y China.
SpaceIL es una iniciativa independiente iniciada en 2011 por Yariv Bash, Kfir Damari y Yonatan Winetraub para competir en el concurso Google LunarX Prize. Aunque la competencia terminó oficialmente en marzo de 2018 sin ganadores, SpaceIL y sus donantes decidieron continuar trabajando hacia el objetivo de aterrizar en la luna.
La nave Bereshit de 180 kilos, construida en Israel Aerospace Industries, fue transportada el 17 de enero en un avión de carga desde el aeropuerto Ben-Gurion a Florida.
Después de ocho años de arduo trabajo, nuestro sueño se hizo realidad: finalmente tenemos una nave espacial”, dijo el CEO de SpaceIL, Ido Anteby. “Enviar la nave a los Estados Unidos es la primera etapa de un viaje a la luna complicado e histórico. Este es el primero de muchos momentos emocionantes, mientras esperamos el próximo lanzamiento en Cabo Cañaveral”.
























El módulo de aterrizaje empleará este “retrorreflector”
para devolver un rayo láser a su fuente en un Moon Orbiter
de la NASA y así determinar la ubicación precisa de Bereshit. Foto cortesía





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